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En el suelo de aquel páramo yacían los cadáveres de mis
compañeros y podía escuchar los gritos de agonía de otros tantos. El ejército
enemigo avanzaba y nos superaba en número, pero nuestro general estaba
tranquilo, tanto, que nos inspiraba una confianza colosal.
El enemigo cargó contra nosotros pero conseguimos detenerlos
a costa de un ínfimo número de bajas aliadas. Sin embargo, nuestro general ya
no mostraba esa calma que lucía al principio de la batalla, unos minutos
después escuchamos un grito diciendo: ¡retirada!
Pero era demasiado tarde. Un aluvión de flechas oscureció el
cielo. Algunas de ellas chocaban entre sí mientras permanecían en el aire, eso
es lo que pude ver antes de que tres de ellas me alcanzasen.
Yo aún permanecía en pie, contemplando la gravedad de mis
heridas, en ese momento mi mente es como si no se encontrase en este mundo.
Imágenes del pasado se mezclaban con lo que estaba
sucediendo en el presente.
Pensé en mi familia, y di un paso al frente.
Pensé en mis valientes aliados, y avancé de nuevo.
Pensé en porqué estaba luchando, mis pasos se ralentizaban a
la vez que pude vislumbrar al enemigo a pocos metros de mi.
Finalmente, pensé en qué es lo que hay tras la muerte.
Otra flecha atravesó mi pecho. Caí de rodillas y todo se
oscureció para mí.
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Relato escrito por Ángel Martínez Mínguez.
Se lo dices a tu hermano por favor. Muy buen relato épico y sobre muerte. Bienvenido a El Círculo de Escritores, Ángel. Un placer tenerte por aquí. Un abrazo
ResponderEliminarClaro Ana, será un placer ;)
EliminarMuy bien expresados los pensamientos de un hombre enfrentándose, al fin y al cabo, a la muerte.
ResponderEliminarSaludos.
Ese último pensamiento...nunca tiene respuesta. ¡Que pena!
ResponderEliminarMe encantó lo de las flechas que chocan entre ellas en el aire.
Suerte. Saludos
Me gusta la solemnidad que envuelve la historia. Al fin y al cabo enfrentarse a la muerte no es algo banal. Muy bien recreado el tono épico, me ha gustado mucho! :)
ResponderEliminarSaludos a ambos ;)
Muy buena ambientación en tan pocas palabras. Una muerte épica la del protagonista.
ResponderEliminarSaludos!