martes, 28 de julio de 2015

La sorpresa




Concurso "Microterror III" del Círculo de escritores


En la tienda de antigüedades había un rincón oscuro, apartado del resto de objetos y artilugios. Aprovechando que el dependiente estaba ocupado, decidí averiguar qué se ocultaba entre las sombras. Que desilusión me llevé al comprobar que era una simple máscara de payaso. O tal vez no.

Avancé un paso hacia el rincón.

El maquillaje envolvía unos ojos que me miraban.

Avancé otro paso.

El muñeco estaba recostado en una silla, con una sonrisa que no parecía real.

Avancé medio paso.

No era un muñeco.

Movió ligeramente la cabeza y su sonrisa se tornó siniestra.

Asustado, corrí instintivamente hacia la puerta. Empecé a tirar de ella, pero no quería abrirse. 

Angustiado, me di la vuelta y vi que estaba completamente solo. Entonces, desde el fondo, el payaso se levantó y empezó a moverse lentamente. No hablaba, solo me miraba con esa horrible sonrisa. 

En ese instante se apagaron las luces y oí unos pasos que se acercaban hacia mí cada vez más deprisa, acompañados de una risa indescriptible. Grité mientras sacudía desesperadamente el picaporte.

Acto seguido, me desperté empapado en sudor. 

La pesadilla había terminado.